cosas curiosas
Cosas curiosas, como que un diálogo acerca de James Bond me haya parecido lo más romántico en mucho tiempo. Cada vez odio más la cursilería. Me he vuelto sibarita con los años. Supongo que por eso aprecio esas conversaciones inolvidables de lo absurdas e intrascendentes que son, y sobretodo los guiños distraídos. Como que vengas a hablarme dos días consecutivos con el mismo pretexto que acaba sonando a excusa y yo acabe intentando darte conversación. Para aliviarnos un poco el peso de los días de hastío y tiritona. Y la carencia de sensaciones necesarias. Ante la escasez: imaginación. O sonrisillas de soslayo y miraditas de reojo y corre, corre que te pillo, y pio pio que yo no he sido. No hay nada mejor que una mañana soleada y preguntarte si le gustarás o son sólo imaginaciones tuyas. Porque a veces pasa lo segundo y lo más romántico es empezar. Hablando de James Bond, por ejemplo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario