monstruos, escalofríos y pesadillas
Apuntito de arrancar a Febrero de mi calendario y ya tengo clara una cosa: este año va a ser de los peores.
O eso, o mucho tienen que cambiar las cosas. Mi forma de ver las cosas, más bien.
No tengo ganas de hablar de ello. No tengo ganas de hablar de nada. Todo el mundo me pregunta cómo estoy y me tiembla la voz al contestar que estoy un poco triste. Y no sé qué más decir. No hay motivo o todo son motivos, según se mire.
No paro. No puedo. Lloro por las mañanas y río demasiado cuando estoy con los demás. O corro o estoy quieta, ya no sé caminar. Estoy viviendo en los límites de mi misma y me siento agotada.
A veces pienso que me porto tan mal con todo el mundo… que merezco tantos reproches... Entre la culpa, la pena, la vergüenza y la apatía, me entran ganas de cavar un hoyo y enterrarme viva. Cerrar los ojos un rato. Dejar de respirar un rato. Dejar de pensar.
Quiero despertarme ya. Quiero despertarme ya. Quiero despertarme ya. Quiero despertarme ya. Quiero despertarme ya. Quiero despertarme ya. Quiero despertarme ya.
Cuando despierte… ¿sabrás perdonarme?