martes, noviembre 27, 2007

es que ahora soy sirena

Ya empiezo a empujar los días de cinco en cinco. Y si no me gustan, los tiro a la basura. Igual que mis apuntes de química del instituto esta mañana. Y que mis zapatos rotos. Estoy redecorando mi vida. En blanco, blanco y blanco. Todo vacío y aséptico. Es divertido ir dejando gotas de color poco a poco, como un amnésico que va recordando momentos mientras mira un álbum de fotos. Con el tiempo lo llenaré todo de mí otra vez y será lo de siempre, pero era necesario desprenderme de muchas, muchas cosas. Ha sido un alivio.


El viernes fue un día aburrido y una noche emocionante. Hacía tiempo que no pagaba una ronda de chupitos de tequila. Qué tiempos, diré dentro de veinte años. Porque lo que no me gusta, no me lo guardo. Aún estoy decidiendo de quién me voy a enamorar esta vez. El chico de los ojos azules se fue temprano. Creo que fue lo mejor. Es que ahora soy sirena y me tomo las cosas de otra manera. Con burbujitas de aspirina efervescente, cómo no. Tengo propensión a idealizar e imaginar mariposas y eso. Y hay días en que me da la impaciencia, qué le voy a hacer. Es que también tengo cama nueva y tendré que llenarla de recuerdos nuevos y suspiros azules y esas cositas.



Mira que me pongo tonta en invierno... Ups, pero si aún no es...






miércoles, noviembre 21, 2007

que s'espanta i fuig i busca i corre i corre i no arriba mai enlloc

Es un punto débil. Las miradas perdidas que te encuentras por ahí, cuando doblas una esquina o bajas del autobús. A veces me da tiempo a esbozar una sonrisa. Otras veces no. Otras veces imagino la escena de mi película, rodada a cámara lenta. Los dos desconocidos se acercan sin prisa, avanzan despacio. Despacio. Un plano corto justo al cruzarse, rozándose sus hombros, los ojos clavados en los del otro. Ambos paran en seco un segundo después, dándose la espalda. Se intuyen. Se voltean lentamente y resuena fuerte su entrecortada respiración. Se acercan, se acercan, él la rodea con sus brazos y ella arranca un milímetro a cada segundo, que el corazón se les escapa. Cierra los ojos, el mundo se para y, por fin, le besa. Y de repente todo gira a su alrededor. Como dos locos y una sola flecha. Haciéndose estallar por dentro. Pero no, no. Debería dejar de pensar en esas cosas. Lo perdí hace tiempo, mi pedacito de magia. Me dan escalofríos de los que no me gustan. Me da miedo estar sola mañana y pasado mañana, igual que hoy. Suspiros y delirios con una bufanda al cuello. Empieza a hacer mucho frío, ya.




domingo, noviembre 04, 2007

vivo en la ciudad del apocalipsis

El otro día lo hablaba con Eva. "Siempre quieres lo que no tienes". Sí, yo también. Lo que más echo de menos es que me cojan de la mano, o que me echen el brazo sobre los hombros, ahora que hace más frío. Eso y que me lleven a casa. El camino desde mi parking a mi casa es corto, pero muy triste. Sobretodo por la noche. Muchas veces, durante el trayecto, me da por pensar en eso, en que me apetece que me dejen en mi puerta, me den un beso en los labios, "hasta mañana", y se esperen a que entre antes de marcharse. Qué tontería.

Por lo demás, supongo que estoy bien. Hay días en que me levanto mejor que otros, pero últimamente me veo guapa y eso es bueno, y ya hace unos días que no fumo y eso es muy bueno, y tonteo de vez en cuando con chicos a los que no conozco, y eso es mucho mejor.

Y la otra tarde preparé panellets con Sara y Cristi. Quedaron muy ricos.

Mi vida es lo más normal del mundo. Qué bien.

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