es que ahora soy sirena
Ya empiezo a empujar los días de cinco en cinco. Y si no me gustan, los tiro a la basura. Igual que mis apuntes de química del instituto esta mañana. Y que mis zapatos rotos. Estoy redecorando mi vida. En blanco, blanco y blanco. Todo vacío y aséptico. Es divertido ir dejando gotas de color poco a poco, como un amnésico que va recordando momentos mientras mira un álbum de fotos. Con el tiempo lo llenaré todo de mí otra vez y será lo de siempre, pero era necesario desprenderme de muchas, muchas cosas. Ha sido un alivio.
El viernes fue un día aburrido y una noche emocionante. Hacía tiempo que no pagaba una ronda de chupitos de tequila. Qué tiempos, diré dentro de veinte años. Porque lo que no me gusta, no me lo guardo. Aún estoy decidiendo de quién me voy a enamorar esta vez. El chico de los ojos azules se fue temprano. Creo que fue lo mejor. Es que ahora soy sirena y me tomo las cosas de otra manera. Con burbujitas de aspirina efervescente, cómo no. Tengo propensión a idealizar e imaginar mariposas y eso. Y hay días en que me da la impaciencia, qué le voy a hacer. Es que también tengo cama nueva y tendré que llenarla de recuerdos nuevos y suspiros azules y esas cositas.
Mira que me pongo tonta en invierno... Ups, pero si aún no es...