martes, julio 22, 2008

she swears she loves me but needs her space

“Puedo escribir los versos más tristes esta noche”.

Y llorar.

De todo y de nada. Azul y triste, como en las canciones.
Estos días calurosos y atontados me dejan caer, sin avisar, sobre sus noches naranjas y pegajosas. Y se van. Y después de un año llorón y lastimero me quedo igual, como esperando a nosequé. A nosequién. Esta noche nadie me gusta y nadie me quiere. Te diría que vinieras, que ya he solucionado mi vida, y ahora te he dejado un hueco aquí, a mi lado, para estar muy cerca y pegarnos las almas con super-glue. Sí, claro. No, gracias. Que ya estamos bien como estamos. Que en la vida hay cosas más importantes… Más importantes que yo. Qué mal si yo también lo pensara, ¿no?
No siempre lo que viene es mejor que lo que dejas, añado a modo de autocrítica-autorreflexión. Y pienso penas y castigos, y me da un poco de miedo dormir sola. Pero como ya soy mayor, meriendo pan con nocilla, y hago como que no me importa.
Mañana por la mañana estaré justo a quince kilómetros de aquí. Me sentaré, fijando los ojos en nada y pensaré en todo esto. En plan brainstorming. Como hoy.
Tengo mucho sueño últimamente, y mucha hambre, y mucha rabia y no sé bien porqué. Puede que me falte un poco de todo. Un tornillo o dos. Un beso o dos.
Ha sido un día odioso. Menos mal que ya pasó.

archivo