miércoles, noviembre 21, 2007

que s'espanta i fuig i busca i corre i corre i no arriba mai enlloc

Es un punto débil. Las miradas perdidas que te encuentras por ahí, cuando doblas una esquina o bajas del autobús. A veces me da tiempo a esbozar una sonrisa. Otras veces no. Otras veces imagino la escena de mi película, rodada a cámara lenta. Los dos desconocidos se acercan sin prisa, avanzan despacio. Despacio. Un plano corto justo al cruzarse, rozándose sus hombros, los ojos clavados en los del otro. Ambos paran en seco un segundo después, dándose la espalda. Se intuyen. Se voltean lentamente y resuena fuerte su entrecortada respiración. Se acercan, se acercan, él la rodea con sus brazos y ella arranca un milímetro a cada segundo, que el corazón se les escapa. Cierra los ojos, el mundo se para y, por fin, le besa. Y de repente todo gira a su alrededor. Como dos locos y una sola flecha. Haciéndose estallar por dentro. Pero no, no. Debería dejar de pensar en esas cosas. Lo perdí hace tiempo, mi pedacito de magia. Me dan escalofríos de los que no me gustan. Me da miedo estar sola mañana y pasado mañana, igual que hoy. Suspiros y delirios con una bufanda al cuello. Empieza a hacer mucho frío, ya.




1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola guapa. No sé por qué, tus palabras son siempre reflejo de ideas, vivencias que he tenido. Ésto es sólo una época, un estado más, que un día pasará, igual que todos. Sólo tienes que sacar cosas de esta época, quédate con lo bueno. Son cosas que todas hemos sentido alguna vez...
Un beso.

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